La Hermandad de la Aurora en el Albayzín está absolutamente volcada y centrada en la caridad y la asistencia social, no sólo mediante las fórmulas tradicionales de su Vocalía de Caridad sino reinventando muchas veces las acciones y acudiendo a multitud de proyectos con otras instituciones y asociaciones. Esta semana, la Vocalía de Caridad de la popular cofradía ha repartido 1308 litros de leche donados por un hermano. Así como 15 litros de aceite de oliva donado por otro. El reparto ha sido entre los conventos de Agustinas Tomasas, Santa Isabel la Real, San Gregorio, Comendadoras de Santiago, La Piedad, Hermanitas del Cordero y el Centro Oasis, centro de carácter sociosanitario que atiende desde 2003 a unidades familiares compuestas por mayores dependientes con hijos discapacitados a su cargo, preservando la unidad familiar y evitando la desestructuración familiar que dispone de plazas concertadas con la Consejería de Igualdad, Salud y Políticas Sociales de la Junta de Andalucía, y de plazas privadas muchas veces sufragadas por acciones solidarias
La subida de precios que ha experimentado la leche en el último año está retrayendo sensiblemente el consumo tanto en su forma líquida como en sus derivados. Estos datos se intensifican entre las personas mayores con una pensión modesta, que en muchas ocasiones no puede afrontar todos los gastos. Los precios altos en los alimentos básicos también afectan a los conventos. La mayoría, de clausura, en el Albayzín tienen que recurrir al banco de alimentos y a las donaciones para que sus comunidades, conformadas por mujeres con una edad superior a los 80 años, puedan subsistir. Muchos de estos monasterios y conventos se encuentran en edificios antiguos que requieren obras de mantenimiento y conservación. Además, tienen que adaptarse a las dificultades climáticas propias de cada estación. En estos lugares los veranos son duros y los inviernos más. Todo ello supone un esfuerzo económico que no siempre pueden asumir con sus propios recursos.
Los monasterios y conventos son un tesoro para la Iglesia y para el mundo. Con su vida oculta y silenciosa, dan testimonio del amor absoluto de Dios y del valor de lo eterno. Con su oración constante y fervorosa, sostienen a toda la humanidad con su fuerza espiritual. Con su trabajo sencillo y creativo, contribuyen al bien común con sus obras de arte y cultura. Por eso, es ya una seña de identidad de la Hermandad de la Aurora su compromiso y ayuda con ellos.